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La Ciberseguridad como estrategia de negocio

“Si tu empresa gasta más en café que en seguridad TI, serás hackeado. Es más, merecerás ser hackeado.”

Eric S. Raymond

Para que algo sea considerado negocio, debe mantenerse funcionando. Esa es una ley innegable, si el negocio se para por cualquier razón, la empresa se ve afectada. Es por esto que la ciberseguridad debe ser una de las prioridades en todas las empresas para garantizar que se mantengan en funciones.

Se trata de una cuestión que debe tener presente la dirección de las organizaciones porque tiene efecto en sus cuentas de resultados.

En las últimas conferencias sobre ciberseguridad, se resalta la necesidad de concienciación de las personas en este asunto, dado que los trabajadores son el “eslabón” más débil de la cadena en la protección de los activos de información de una empresa. 

Y es que uno de los errores más comunes es pensar: “Mi empresa no es lo suficientemente grande, nunca me van a atacar”. Y es justamente esta relajación lo que motiva a los ciberdelincuentes a poner a las PyMes como sus principales víctimas potenciales. Y es que, precisamente prefieren realizar varios ataques sencillos que paguen poco pero en el conjunto les generan grandes ganancias que lanzar un ataque difícil y con poca probabilidad de éxito a una empresa millonaria con sistemas de protección más sofisticados.

Y aquí es donde muchas de estas empresas asocian la ciberseguridad a aspectos tecnológicos o técnicos, delegándolo a otro nivel. En realidad, este es un tema que debe analizarse como un elemento necesario para garantizar la continuidad en el funcionamiento de la empresa.

En la mayoría casos, quienes tienen esta mentalidad -afortunadamente- no han sido, ni tienen relación cercana con alguien que haya sido víctima de uno de estos ataques. Al desconocer las consecuencias, no conciben los escenarios catastróficos que estos pueden traer a un negocio. En el caso de las PyMes, que manejan capitales más pequeños, las cantidades que se llegan a perder, pueden representar un porcentaje mucho más fuerte del capital con el que cuenta la empresa.

Y no solamente estamos hablando del capital con el que ya se cuenta. Estos ataques, pueden frenar la operación de la empresa. Una empresa que no está operando, no está generando. En muchos casos, los empresarios piensan que un ciberataque ocurre y se resuelve en cuestión de minutos, cuando -en realidad- muchos de estos pueden tomar días, incluso semanas, para llegar a una conclusión que -dicho sea de paso- casi nunca es satisfactoria para la víctima.

Como mencionamos desde el inicio de este texto, la ciberseguridad debe ser considerada no como una ampliación del área de tecnologías de la información, sino como una parte fundamental para el crecimiento y desarrollo de la organización. 

Otro ejemplo de ataque, que muchos no tienen en consideración es el robo de información. En este caso, no estamos hablando de cuentas de banco o un freno de operaciones, sin embargo, se trata de una vulneración a la información de la empresa y de los clientes. Esto termina provocando una falta de confianza de parte de estos últimos, pues pensarán que su información ya no está segura con nosotros, además de pensar que podrían ser los próximos en ser atacados. 

Sumado a lo anterior el problema se expande al pensar en los prospectos, una empresa que ya permitió el ataque a la información de un cliente anterior nunca tendrá buena reputación.

El último gran villano para una correcta implementación de ciberseguridad en la empresa es que esta es vista como un gasto más que como una inversión. Iniciando por el desconocimiento de los costos reales y agregándoles los riesgos que ya mencionamos. Por ello, la ciberseguridad y la prevención en todos los ámbitos deben ser vistas como un eslabón esencial para tener una estrategia de negocio completa.


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